domingo, 28 de febrero de 2010

TOC TOC


Hace un rato me fijé como todas las semanas, si la suerte golpeaba a mi puerta premiándome con ganar el 5 de oro.

Y nuevamente me encontraba al mirar la grilla, con esa expectativa relativa, sabiendo que un día puede tocar pero nunca con la fe de que justo sea éste el día indicado.

Lo raro fue, que ésta vez los números coincidían.

Hasta que al final, y por tercera vez en los 15 años que juego a los mismos números, faltaba uno para hacerme - un poco - rico.
Y claro, lo primero que uno piensa en esas ocasiones es algo no muy feliz.

Pensas en cosas de tipo: se fue esa oportunidad de que la vida te regale lo que no podés conseguir con el trabajo de todos los días.
Que no me puede pasar el mismo hecho 3 veces, etc.

Luego, y dejando de lado mi situación y el hecho de haber tenido tan cerca - un poco - de riqueza, me puse a pensar si realmente está bien que te regalen plata por tener suerte.

¿Y por que no? ¿Y por que si?.

Me parece interesante reflexionar sobre si está bien que uno se gane algo sin el mínimo esfuerzo.

Suponiendo que hacer una jugada no genera esfuerzo, ya que no tengo dudas que ganarse la plata para apostar sí lo genera, pero el acto de hacerlo no. Además, todos sabemos que el día que ganemos algo no vamos a pensar que fue por el esfuerzo de trabajar para pagar la apuesta.

Entonces, el día que te toque ganar a vos, todo el mundo te va a felicitar por algo que no sé si mereces. No sé como se sentirá el hecho de que alguien te dé una ganancia económica por el simple hecho de elegir tal número.

La pregunta es: ¿cómo nos tenemos que sentir por recibir cosas sin merecerlas?

De verdad no me pone tan mal no haber ganado esos 100 mil dólares, y creo que es porque tengo la suerte y la posibilidad de comer todos los días, de tener un techo y de alimentar a la gente que está cerca mío con mi trabajo diario.

Por eso pienso que la mayoría de las personas que ganan apostando, no son personas que tengan reales apremios económicos, porque esas personas, no tiene dinero ni siquiera para pagar la apuesta.

Entonces el mundo hace que la mayoría de las personas que se ganan algo en un sorteo o una apuesta, sean seres humanos que ya tienen cubiertas las necesidades básicas.

Acá unos ejemplos: El que se gana el auto en el sorteo del Shopping tiene que antes haber comprado mercadería por X valor.

El que pone el cupón del super puede entrar a comprar por lo menos la leche y el pan de todos los días.

El que entra a la ruleta o juega a la lotería, cuenta con algo de plata para hacerlo.

Entonces, repito que hay otras personas que no tienen esa posibilidad de participar en cualquiera de los ejemplos expuestos o ningún otro que nos podamos imaginar.

O sea, está bien claro que no todos tenemos la misma oportunidad de tener suerte, hay personas que ni siquiera tienen una puerta para que ésta les golpee.

Nuevamente el sistema le da plata a las personas que ya tienen un poco - o bastante -.

Entonces, cuando ganemos lo vamos a hacer a costilla de un montón de personas que no supieron manejar el tema del juego y las apuestas, personas que hoy tienen una enfermedad tan complicada de sanar como la de ser drogadicto, alcohólico etc.

Hay infinidad de ejemplos de personas que se suicidan o dejan a sus familias en la calle por no poder manejar el vicio del juego y con parte de la plata de esa gente, nosotros vamos a recibir un montón de dinero por acertar unos numeritos.

Pero además reflexiono sobre el hecho en sí, sacando de lado la gente damnificada por el juego y centrándome en que nos regalen una suma importante.

La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a recibir una paga por el sudor de nuestro cuerpo, en el trabajo diario.

No dejo de pensar en lo raro que puede llegar a ser no hacer nada y cambiar una situación económica familiar (sin dudar del merecimiento que pueda tener cada familia en particular por recibirla).

Por eso pienso y para terminar, que no sé como me sentiré el día en que la suerte golpeé mi puerta, pero juro que no tengo claro si está bien que te den un bien económico solo por el frívolo hecho de tenerla.

En tanto no me gano el 5 de oro, voy poniéndome contento por la suerte de tener una puerta en la que se pueda golpear.


1 comentario:

  1. Creo que cuando el ser humano se empieza a cuestionar el cómo sentirse frente a determinadas situaciones, en cierto punto es por un tema de culpa frente al resto.

    Es una realidad que vivimos en una sociedad que continuamente observa, juzga y prejuzga al otro por lo que hace, tiene, piensa, siente o deja de sentir.

    Entonces:
    Si te ganas el 5 de oro, alegrate y hace con el dinero lo que te haga feliz...(pero feliz de verdad) porque la realida es que a la otra vida no te la vas a poder llevar.
    Simple consejo.

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